¿Cómo podemos distinguir el amor total, auténtico, espiritual? ¿Cómo enfrentarnos al dolor y a la ausencia? ¿Cómo vivir esa experiencia en la esencia cósmica del universo?
Myriam Mora Alvarado

El sentido de estar incompletos en esta Tierra hace que mucha gente se sienta extremadamente solitaria. Muchas veces establecemos vínculos y relaciones, algunas hermosas y otras desagradables, pero seguimos en soledad interna.
La respuesta a este vacío existencial es simple: todo ser humano tiene un alma gemela, por eso la necesidad de la otra mitad de nosotros mismos ya que estamos incompletos. Las almas gemelas se buscan, se añoran, algunas veces se reúnen, se aman y luego se separan temporalmente. Sin embargo, su único lazo real es el amor.
Estudios e investigaciones nos llevan al comienzo de los tiempos, cuando Dios creó una sola alma, y le dio forma de esfera. Luego la dividió en dos partes, una femenina y otra masculina, dos seres que se complementaban, que debían cumplir una misión juntos y crecer espiritualmente. Podíamos haber continuado compartiendo la belleza de nuestra relación como pareja cósmica a lo largo de nuestras muchas encarnaciones en la Tierra si hubiéramos permanecido en armonía con nuestra naturaleza original, el uno con el otro y con Dios, pero caímos de ese estado de perfección, creamos karma negativo mutuamente y con otras personas. No separamos e hicimos vida cada cual por su lado.
Nuestros enredos con los demás exigían que reencarnáramos con ellos para resolver el karma (ley de acción y reacción) que habíamos hecho. A medida que una situación kármica llevaba a otra, nos encontramos más y más alejados de nuestro primer y único amor.
Por eso es que, ambas partes se buscan a través de las reencarnaciones hasta encontrarse, al llegar cada una a un nivel de conciencia elevado, podrán volver a formar una unidad.
Un deseo mutuo
Platón, el filósofo griego (429-347 a.C) habló del deseo innato de las almas gemelas de encontrarse. El hombre, escribió en su Simposium, está buscando a su otra mitad. Dijo: “Antiguo es el deseo mutuo que está implantado en nuestro interior, reunirnos con nuestra naturaleza original, creando un solo ser de los dos, y curar el estado del hombre”. Cuando las almas gemelas se encuentran – Platón afirma- la pareja se pierde en un asombro de amor, amistad e intimidad”
Sin embargo, a veces la situación no es muy clara, hasta podría encontrarse en esta vida con su llama gemela, pero es posible que se tope con obstáculos que se opongan a su unión, y éstas podrían ser un matrimonio con otra persona porque tiene que saldar primero un karma pendiente, antes de poder reunirse una vez más con su alma gemela.
En otras ocasiones usted podría trabajar, ayudarse mutuamente como amigos, o estar sentado al lado de su alma gemela, pero ambos no pueden reconocerse debido al karma .
El Zohar, la principal obra sobre cábala, manifiesta que Dios nos reunirá con nuestra alma gemela cuando vivamos una vida de buenas obras, es decir, cuando saldemos el karma que nos separa.
“Para que su alma pueda encontrar a su compañero original, porque entonces, se hará verdaderamente perfecto”
Varios matrimonios
Los matrimonios con frecuencia se tejen partiendo de los intrincados hilos de la historia vivida en el pasado junto con nuestro compañero. Examinándolo desde la óptica de vidas pasadas, existen tres tipos:
El primero es la unión de almas compañeras. Tienen una excelente relación pues han estado juntas, se compenetran en muchas de sus actividades, gustos y trabajo, se enfrentan con un karma similar, y cumplen una misión conjunta en esta vida. De alguna manera son los matrimonios que pueden cumplir sus bodas de oro.
El segundo tipo de relación es la unión de almas gemelas. Creados juntos al principio, son las dos únicas almas que comparten el patrón único de vuestra identidad. Es su otra mitad, su media naranja. Tienen una sola matriz electrónica. Por lo general este tipo de unión no se da rápida, puede ser que ambos ya estén comprometidos o tienen que esperar mucha parte de su vida para poderse unir.
Myriam Mora Alvarado

El sentido de estar incompletos en esta Tierra hace que mucha gente se sienta extremadamente solitaria. Muchas veces establecemos vínculos y relaciones, algunas hermosas y otras desagradables, pero seguimos en soledad interna.
La respuesta a este vacío existencial es simple: todo ser humano tiene un alma gemela, por eso la necesidad de la otra mitad de nosotros mismos ya que estamos incompletos. Las almas gemelas se buscan, se añoran, algunas veces se reúnen, se aman y luego se separan temporalmente. Sin embargo, su único lazo real es el amor.
Estudios e investigaciones nos llevan al comienzo de los tiempos, cuando Dios creó una sola alma, y le dio forma de esfera. Luego la dividió en dos partes, una femenina y otra masculina, dos seres que se complementaban, que debían cumplir una misión juntos y crecer espiritualmente. Podíamos haber continuado compartiendo la belleza de nuestra relación como pareja cósmica a lo largo de nuestras muchas encarnaciones en la Tierra si hubiéramos permanecido en armonía con nuestra naturaleza original, el uno con el otro y con Dios, pero caímos de ese estado de perfección, creamos karma negativo mutuamente y con otras personas. No separamos e hicimos vida cada cual por su lado.
Nuestros enredos con los demás exigían que reencarnáramos con ellos para resolver el karma (ley de acción y reacción) que habíamos hecho. A medida que una situación kármica llevaba a otra, nos encontramos más y más alejados de nuestro primer y único amor.
Por eso es que, ambas partes se buscan a través de las reencarnaciones hasta encontrarse, al llegar cada una a un nivel de conciencia elevado, podrán volver a formar una unidad.
Un deseo mutuo
Platón, el filósofo griego (429-347 a.C) habló del deseo innato de las almas gemelas de encontrarse. El hombre, escribió en su Simposium, está buscando a su otra mitad. Dijo: “Antiguo es el deseo mutuo que está implantado en nuestro interior, reunirnos con nuestra naturaleza original, creando un solo ser de los dos, y curar el estado del hombre”. Cuando las almas gemelas se encuentran – Platón afirma- la pareja se pierde en un asombro de amor, amistad e intimidad”
Sin embargo, a veces la situación no es muy clara, hasta podría encontrarse en esta vida con su llama gemela, pero es posible que se tope con obstáculos que se opongan a su unión, y éstas podrían ser un matrimonio con otra persona porque tiene que saldar primero un karma pendiente, antes de poder reunirse una vez más con su alma gemela.
En otras ocasiones usted podría trabajar, ayudarse mutuamente como amigos, o estar sentado al lado de su alma gemela, pero ambos no pueden reconocerse debido al karma .
El Zohar, la principal obra sobre cábala, manifiesta que Dios nos reunirá con nuestra alma gemela cuando vivamos una vida de buenas obras, es decir, cuando saldemos el karma que nos separa.
“Para que su alma pueda encontrar a su compañero original, porque entonces, se hará verdaderamente perfecto”
Varios matrimonios
Los matrimonios con frecuencia se tejen partiendo de los intrincados hilos de la historia vivida en el pasado junto con nuestro compañero. Examinándolo desde la óptica de vidas pasadas, existen tres tipos:
El primero es la unión de almas compañeras. Tienen una excelente relación pues han estado juntas, se compenetran en muchas de sus actividades, gustos y trabajo, se enfrentan con un karma similar, y cumplen una misión conjunta en esta vida. De alguna manera son los matrimonios que pueden cumplir sus bodas de oro.
El segundo tipo de relación es la unión de almas gemelas. Creados juntos al principio, son las dos únicas almas que comparten el patrón único de vuestra identidad. Es su otra mitad, su media naranja. Tienen una sola matriz electrónica. Por lo general este tipo de unión no se da rápida, puede ser que ambos ya estén comprometidos o tienen que esperar mucha parte de su vida para poderse unir.
El tercero son los matrimonios kármicos. Un magnetismo los atrae rápidamente, necesitan con urgencia darse mucho amor, son relaciones que se caracterizan por una alternancia entre el amor y el odio. Cuando están juntos no dejan de pelearse y, sin embargo, no pueden vivir el uno sin el otro. Parecen amar y odiar intensamente. Hasta que en el momento menos pensado se salda el karma mutuo, se terminan los tiempos felices y se divorcian.
La ley universal del karma exige que si hemos odiado a otro debemos ofrecerle amor para saldar ese karma que muchas veces requiere de una unión conyugal para curar esas heridas.
¿Se unen las almas gemelas?
· El encuentro a veces se produce en un momento de conflicto. Cuando una de las almas gemelas, o las dos, están pasando por un momento difícil.
· Cuando han desarrollado su alma y estén manifestando física, mentalmente, espiritualmente y emocionalmente una unión con Dios.
¿Cómo reconocerla?
· Bastará que agudice su instinto, ya que su inconsciente de su primer amor lo guarda en la memoria
· Al mirarse a los ojos.
· Cuando ambos se rozan, entre los dos surge algo muy especial, una complicidad que comparte experiencias del pasado.
· Sin explicación ambos se atraen y se resultan muy familiares
· Cada uno sabe acerca del otro y siente que ha terminado una larga espera.
· Una cierta telepatía entre los dos y la intuición del uno para el otro se manifiesta
La ley universal del karma exige que si hemos odiado a otro debemos ofrecerle amor para saldar ese karma que muchas veces requiere de una unión conyugal para curar esas heridas.
¿Se unen las almas gemelas?
· El encuentro a veces se produce en un momento de conflicto. Cuando una de las almas gemelas, o las dos, están pasando por un momento difícil.
· Cuando han desarrollado su alma y estén manifestando física, mentalmente, espiritualmente y emocionalmente una unión con Dios.
¿Cómo reconocerla?
· Bastará que agudice su instinto, ya que su inconsciente de su primer amor lo guarda en la memoria
· Al mirarse a los ojos.
· Cuando ambos se rozan, entre los dos surge algo muy especial, una complicidad que comparte experiencias del pasado.
· Sin explicación ambos se atraen y se resultan muy familiares
· Cada uno sabe acerca del otro y siente que ha terminado una larga espera.
· Una cierta telepatía entre los dos y la intuición del uno para el otro se manifiesta
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